Y es que a mi las manzanas ni fu, ni fa. La compota me gusta, pero en casa soy la única y con 2 kg. de fruta sale para comer durante 5 años... Finalmente me decidí por hacer una tarta de manzana. Cogí uno de los libros de cocina que tengo por casa y, en una receta que me gustó, había un ingrediente que no conocía. Apple sauce o apple butter.
Trasteando por Internet encontré la receta que me pareció chula y puse manos a la obra.
Necesitamos 2 kg. de manzanas a las que únicamente lavaremos y quitaremos el rabito. Si tienen algún trozo feo también, claro. Se trocean en cuartos y se ponen a cocer con 2 vasos de agua y 1 vaso de vinagre de manzana, tapado y a fuego lento.
Cuando estén blandas (20 minutos) se pasan por el chino. Que aquí hago un inciso para hablaros de un placer inesperado. Porque yo no había utilizado nunca este artilugio ya que me recordaba a los días de mi infancia en que mi madre y mis tías lo utilizaban para hacer purés, y hablaban siempre de lo trabajoso y pesado que era. Que el resultado final no era demasiado bueno por las hebras... y entonces llegó la batidora. O igual ya había llegado antes, pero hasta ese momento el precio del aparatejo en cuestión no había estado al alcance de las clases populares.
Sin embargo yo encuentro todo el proceso de los más relajante. Puedes estar un buen rato dándole a la manivela sin tener que pensar en nada y dejar que la mente divague sin rumbo. O planear lo que vas a hacer el próximo fin de semana porque, en realidad, no tienes que prestar demasiada atención a lo que estás haciendo. Incluso el ruido que hace el molinillo mientras prensa la fruta tiene una cadencia un tanto hipnótica...
En fin, podéis pensar que se me ha ido un poco la cabeza, pero tras pasarte todo el día con la atención puesta en mil cosas, resolviendo problemas, pensando en a quien tienes que llamar, los plazos de inscripciones, de regalos a profesores, actividades veraniegas... no pensar en nada un rato para mi es un lujo. Sigamos con la receta.
Ahora hay que medir. Por cada 2 vasos de pulpa de manzana hay que añadir 1 vaso de azúcar. Lo ponemos todo en una cacerola con 2 c. postre de canela, 1/2 c. postre de clavo molido y la misma cantidad de nuez moscado. Añadimos, por último, la ralladura y el zumo de un limón y volvemos a poner al fuego, durante tres cuartos de hora a fuego lento. Se remueve de vez en cuando para que no se pegue y, cuando haya tomado una consistencia parecida a la mantequilla, entonces guardamos en tarros esterilizados.
En tostada está muy rica, llevo varios días desayunando esto por la mañana. También se utiliza para rellenar bizcochos o, como ya he dicho, para hacer tarta de manzana. Pero esa receta tendrá que esperar a que vaya a la compra, porque las gasté todas para hacer esta compota.