Fue la semana pasada cuando le llevamos al veterinario. Entre el verano, el campamento del niño, las vacaciones... todavía no le habíamos hecho la prueba de la leucemia. Y justo después de sacarle sangre para los análisis, el ayudante de la veterinaria me comentó algo así como que porque le habíamos puesto un nombre de gato a nuestra gata. ¡¿Queee?!... pues eso, que tenemos niña en vez de niño. Deberíamos haberlo sospechado, ¡es tan femenina!
El más sorprendido (y enfadado) fue mi hijo que se negaba a entender que Tom fuera una niña, palabras textuales. El caso es que con el paso de los días lo ha ido aceptando e incluso le gusta su nuevo nombre (Sophie).
Hoy tenemos que volver al veterinario para que nos den los resultados y estoy bastante nerviosa porque sabemos que de tener la enfermedad es mortal en prácticamente el 100% de los casos... ¡mantened los dedos cruzados por ella!
Por cierto, mañana es fiesta en Madrid, así que nos veremos el lunes.
3 comentarios:
Que buena historia, y tu hijo que gracioso...no puede ser niña...jajajaj!!!Es una monadade gatita!!!! A mi me encantan los gatos, pero me dan una alergia!!!!!! Seguro que los analisis salen genial!! Ya me contarás!! Feliz fin de semana!! Besos.
Qué gracioso! A veces ocurren cosas en la vida que parecen surrealista. Pero bueno esa es la salsa de la vida, no? Buen fin de semana y un besazo de Montse de lostrastosdemontse.
Es que los niños tienen la facultad de hacerte reir en casi cualquier situación. Sitos
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