31 de diciembre de 2013

Bye, bye 2013

En el último día del 2013

¡¡¡Celebremos!!!

Que estamos juntos y nos tenemos los unos a los otros, las alegrías y las penas que hemos compartido, los nuevos amigos, por los bebés que llegaron, todo lo que hemos aprendido, los viajes que hemos hecho y esas historias familiares que han nacido en los días de este año que se nos va. 


Por los familiares, amigos y mascotas a los que dijimos adiós para siempre y que nos vieron luchar por el éxito y no rendirnos ante el fracaso, porque así es la vida. 

Por el AMOR.

Por la ESPERANZA.

Por favor, demos la bienvenida al 2014 creyendo de verdad que se puede.

24 de diciembre de 2013

Felices Fiestas a todas



En estos días en que los blogs se llenan de mensajes navideños y deseos de parabienes para todo el mundo, no quería ser menos y aprovecho un hueco antes de salir de viaje y reunirme con los míos para desearos de todo corazón.



Felices Fiestas a todas. Pasad una noche buena de verdad, que la Navidad no solo os traiga cosas materiales sino todo lo que de verdad importa.

Que seamos capaces de dar más y esperar menos, de aprender a identificar lo que realmente nos hace felices y de comprender por fin, que lo que importa de verdad no es lo que hay en los platos sino quien se sienta en a la mesa con nosotros.

21 de diciembre de 2013

Fin de semana antes de Navidad

¿Y a qué lo voy a dedicar? De momento he pasado la mañana comprando los ingredientes para hacer pizza en casa que nos apetece un montón. Y esta tarde ayudaré a Alejandro en un proyecto que tiene para pintar una casita-hucha con temperas que le compré el otro día en la tienda Tiger y que quiere regalarle a un amiguito.

Ayer llegó a casa una preciosa tarjeta de felicitación de Inés, Con la aguja entre mis dedos.


Me parece una preciosa costumbre la de felicitar las Navidades enviando tarjetas, aunque este año me he decidido por enviar una electrónica que me ha parecido muy divertida. En la página de LEGO, existe una aplicación para poder confeccionar tarjetas de felicitación utilizando personajes de sus construcciones. Aquí tenéis el enlace por si os apetece echar un vistazo.

Sigo con mis envíos-sorpresa. Esta vez va con retraso y no creo que llegué a tiempo para Navidad, pero no he podido acercarme a Correos a hacer el envío hasta ayer mismo.


Esta vez se trata de parte de un diseño de Country Cottage Needleworks, llamado Snowflake serenade. La tela de detrás también me gusta un montón.


No sé si se aprecia bien, pero tiene montones de copos de nieve plateados sobre un fondo turquesa muy clarito. Creo que es un diseño apropiado para este primer día de invierno.

Todos los años hay que darle un repasito a los adornos navideños. Este año le ha tocado a un cojín de picaporte.


Ya veis que la cinta de la que cuelga es insuficiente para soportar el peso del excesivo relleno que lleva. El diseño me sigue pareciendo precioso después de cinco años, pero la terminación es demasiado simple. En cuanto a la tela que lleva por detrás... tampoco me gusta nada. Por ahora lo único que he hecho es desmontar el conjunto pero todavía no he comenzado a darle forma, porque hasta esta misma mañana no había tomado la decisión de cómo terminarlo. Pero en cuanto lo haya acabado, lo pondré por aquí.

16 de diciembre de 2013

Desvelando terminaciones

Parece que esto de publicar en lunes se está comenzando a convertir en una costumbre. Pero sucede que llevaba una temporada pensando que dedicaba demasiado tiempo a Internet y muy poco a las labores. Así que he comenzado a invertir esa tendencia y he vuelto a hacer cositas cada día.

Sigo adelante con el proyecto del árbol navideño.



Lo que me recuerda que tengo que enviarle foto de los avances a Pilar. Un momento...

Ya está. Ha sido rápido ¿eh?

Como todavía no he recibido aviso de que le haya llegado el regalito que envié la semana pasada y la destinataria no lo espera, os voy a enseñar fotos de la labor que realicé como sorpresa navideña para una amiga bloguera.



Es una labor de Corinne Rigaudeau o Tra La La. 


Lo he terminado como llavero, pero puede ser cualquier cosa que la destinataria decida. La tela de detrás, me ha encantado poder usarla por fin. La tenía desde hacía algún tiempo y no me pegaba con nada.

Y esta mañana he estado en Dechado. Es una tienda de labores, dedicada principalmente al patchwork y las lanas. He ido a comprar claro, pero la tienda en sí es una maravilla de ver, si no fuera tan pequeñita debería hacer tours a los clientes. Si sois de Madrid o pasáis por aquí, y tenéis ocasión de ir a verla, acercaros. Merece la pena.


9 de diciembre de 2013

Fiesta del árbol

Ayer estuvimos decorando la casa de Navidad y organizamos nuestra fiesta del árbol con amigos. Fue muy divertido y especial este año por diversas razones, pero sobre todo importante porque casi es la única fecha del año cuando consigo reunirlos a todos.

Cada año me gusta entregarles en agradecimiento por su trabajo, algún regalito hecho por mi. Esta vez compré varias latas de piña en almíbar y, en lugar de utilizar el abre-fácil que traen, usé un abrelatas...


 ...para abrirlas por la base. Después de sacar el contenido, lavé bien la lata y la tapa. Le quité la etiqueta que lleva el producto, que sustituí con papel de regalo navideño. Para que no se note mucho la junta, decidí adornarlo con una tira de encaje.


En la tapa superior coloqué con cuidado un papel por debajo de la argolla del abre-fácil y con pintauñas verde/rojo, le di un toque de color.


A continuación rellené las latas con chuches, porque yo soy de las que cree firmemente que si no puedes adelgazar, debes hacer engordar a tus amigos. Pero igualmente se pueden rellenar de perlas de baño, velas aromáticas, mini-juegos de mesa, cosméticos... lo que más rabia os de.

Ahora viene la parte más peliaguda. Con una pistola de pegamento caliente (las venden en los chinos por 15 €), hay que poner una capa de pegamento por el interior de la lata, dejar que se seque, colocar la tapa que habíamos quitado y repetir la operación por encima de ella. Al secarse los pegotes de pegamento, evitan que la tapa y el contenido se caigan. 

Después hay que preparar dos cartelitos con cartulina.


El más grande se pega en la lata con algún mensaje personalizado para el agasajado. El pequeñito se cuelga con un trocito de cinta de la argolla con el nombre del destinatario y voilá...


Hice cinco latas y cada modelo fue diferente, pero les encantó a todos. Y más les gustó el bizcocho de piña que hice con parte del contenido de las latas. Utilicé esta receta, que es muy facilita.

He estado ocupada haciendo cositas que todavía no puedo enseñar porque las destinatarias todavía no lo han recibido. En cuanto tenga noticia de que les han llegado los regalitos, pongo fotos.

Nos leemos.

Son esos millones de pequeñas cosas, las que de verdad importan.
Blog Bluebird Notes

27 de noviembre de 2013

¡Quien dijo frio!

Pues lo digo yo. Y bien alto. En Madrid, hace un frío del carajo. Temperaturas de invierno cuando nos queda un mes de otoño y un verano que ha durado hasta principios de noviembre. Ya lo decía mi abuelo "En Madrid, 9 meses de invierno y 3 de infierno".

Y cumplimentado el trámite de la queja mañanera, os cuento que sigo liada repasando/terminando/apañando cositas varias. En este caso y hasta que lo acabe esta tarde, con el calendario de adviento.

El año pasado, para pegar los bolsillos al panel de tela trasero, utilicé velcro de pega-pega. Y funcionó bien... hasta que llené los bolsillitos con chuches. Me pasé la Navidad pegando los bolsillos que se caían cada dos por tres. ¿Que solución le he dado?


Imperdibles. No es lo mejor porque el panel de detrás se agujerea, que era lo que quería evitar originalmente, pero así me evito el lumbago con tanta genuflexión.

Por otro lado, estoy algo frustrada con el reto de Esencia de lavanda. No le puedo dedicar todo el tiempo que me gustaría y ando de acá para allá haciendo otras cosas, pero con el arbolito en mente todo el día.


Por esos misterios insondables de blogger, se ha empeñado en poner la foto de lado. Pero de todos modos, se ve que he avanzado poco. A pesar de lo dicho, estoy disfrutando un montón con esta labor.

24 de noviembre de 2013

Vamos terminando

El pasado mes de octubre retomé las clases de patchwork, aunque con otra profesora. Silvia tuvo que dedicarse a echarle una mano a su marido en un proyecto en el que los dos han puesto toda su ilusión y no le quedaba tiempo para las clases. Y en nuestras vidas entró Pilar. 

Llevo un mes y medio con ella y ya he tenido que perder dos clases. Dos clases que me han dolido en el alma, porque aunque yo estaba muy contenta con la anterior profesora, el cambio ha sido bueno.



Sigo a vueltas con el acolchado y con la bolsa de labores, que para el poco tiempo que le puedo dedicar, creo que va bastante bien.

He conseguido terminar uno de los dos cubreasientos que me quedaban.


Me esperan semanas de mucho ajetreo, como a todos, y estoy algo agobiada pensando en si me dará tiempo a terminar este proyecto de una vez.

Y claro, como voy a andar pegada de tiempo, lo más lógico es que me meta en otro bordado... pero es que no pude evitarlo.


Es un reto navideño que organiza Pilar de Esencia de lavanda. De momento tan solo he preparado la tela, Aida roja. Pienso bordar utilizando hilo blanco de DMC, creo que el contraste va a quedar bonito.  

La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren.
Arthur Schopenhauer

20 de noviembre de 2013

200 años de Orgullo y Prejuicio

Cada año, entre Halloween y Navidad, me gusta leer algún libro relativo a la vida y obras de Jane Austen. O, en este caso, releer una de sus novelas. Este año, como no podía ser de otra manera, ha tocado Orgullo y Prejuicio.



Fue la primera obra que comenzó la autora a la tierna edad de 21 años y, sin embargo, fue la última que descubrí y leí yo, pasados los 30. Puede que sea mi favorita, junto con Persuasión y Sentido y SensibilidadMisteriosamente, el suspense sobrevive a pesar de las repetidas lecturas de la obra. 



Y esta novela guarda también algunos misterios para mi:

- ¿Como puede ser que lectores de cualquier época, hayan deseado fervientemente el matrimonio de Elisabeth con Mr. Darcy o, con parecida pasión, el de Jane con Mr. Bingley?

- Más o menos todos los lectores de la novela estamos de acuerdo en que la madre de Elisabeth y Jane (estúpida, charlatana, interesada) es una de las mayores pesadillas literarias del siglo, ¿de qué manera Jane Austen hace de nosotros Mrs. Bennets al conseguir que nos comamos las uñas esperando un final feliz para sus hijas?

- Es más, ¿cómo podemos leer con naturalidad y sin escandalizarnos la manera en que Austen celebra "los amorosos efectos del vil metal"? En su mundo el dinero era un elemento vital y nos damos cuenta del horror que suponía para una mujer de su era, el no tenerlo. La respuesta puede ser simple empatía.

- Sigo sin comprender muy bien el desapego que muestra Elisabeth hacia sus hermanas menores en la obra. Sobre todo hacia Mary. Su falta de gracia y atractivo personal, su pedantería, la convierten en lo que hoy llamaríamos una "pringada", mientras que Elisabeth es la hermana que mola, la popular. Por tanto ¿cómo es que me cae tan bien?


En fin, todas estas dudas, preguntas y el misterioso atractivo que tienen para mi todas las obras de la señora Austen (sí, Northanger Abbey también, aunque Catherine Morland sea completamente idiota), seguirán sin tener respuesta y, aún así, seguiré releyendo las novelas año tras año.



16 de noviembre de 2013

Propósitos

Con el aroma del cocido que burbujea en la cocina todavía en mis papilas, me dispongo a preparar una entrada después de más de una semana de no escribir nada.

Y es que he estado haciendo repaso de las cosas que tenía pendientes, no me apetece nada que acabe el año teniendo tantas cosas sin rematar. Con este propósito, me he puesto manos a la obra para terminar los cubreasientos de las sillas del comedor.


Este es el cuarto, dos más para terminar. Como tengo todas las grannies que necesito tejidas, es cuestión de ir uniéndolas. Y esa va a ser la tarea del fin de semana.


Con la misma idea en mente, he terminado de leer para el reto de Halloween. He ido un pelín retrasada, pero no importa porque, como siempre que leo un libro de Jaz Parks, disfruto un montón. Aventuras de ciencia ficción en estado puro... una gozada.


Pero como también disfruto de ser un pelín inconsecuente de vez en cuando, he "perdido el tiempo" con mi hada favorita. Va tomando forma día a día y creo que va a quedar preciosa.

Creo en mantenerme fuerte cuando todo parece ir mal. Audrey Hepburn


6 de noviembre de 2013

Avances de Martín Pescador y desvaríos varios

Retirada ya la decoración de Halloween, hemos tomado la decisión de dejar los cuadros temáticos hasta que haya que poner la decoración navideña.


Porque, haciendo cuentas, tan solo estaban puestos unos diez días. Y nos parece una pena.

Todo me empuja a comenzar con la organización de las próximas Navidades. Lo que pasa es que no quiero caer en el síndrome de "El Corte Inglés", y liarme con los preparativos demasiado pronto. Aunque, con lo que me gustan estas fiestas, no he podido evitar sacar mis gráficos de punto de cruz temáticos.



Y sí, tengo demasiados. Aunque en mi descargo diré que llevó 20 años bordando y siempre he comprado cositas en la medida de mis posibilidades. Eso y que la mayoría de los que tengo son navideños, por eso parecen tantos. Ya he hecho mi elección de gráficos para preparar un par de cositas que quiero regalar. Aunque ni mucho menos he abandonado a mi nuevo amor.


Me gusta a pesar de los constantes cambios de color, el medio punto y el punto lineal. 

Y mi último desvarío es este:


Debe ser que no he tenido suficiente con la sobredosis de azúcar de Halloween. Los marshmallow, en castellano malvaviscos y en mi barrio nubes, han sido siempre mi chuche favorita, así que cuando vi el libro no pude resistirme. Este fin de semana pienso experimentar.

4 de noviembre de 2013

Puente del trabajo

Buenos días muy, muy otoñales por Madrid. Disfrutémoslos mientras duren.

Si bien es verdad que este no ha sido un puente propiamente dicho sino más bien un fin de semana largo, no es menos cierto que nos lo hemos pasado trabajando.

Estaba claro desde hacía tiempo que la colocación de la terraza de la cocina no funcionaba.


Viviendo en un piso bastante pequeño, cuando llegó el momento de organizar la terraza, tuvimos claro que había que priorizar el espacio de almacenaje ya que no tenemos trastero. Construimos una estantería con "mucho sitio" y decidimos dejar la lavadora, de carga superior, pegadita a un lado y debajo de la caldera. Error.

Porque, además de golpearme la cabeza cada dos por tres al hacer la colada, es difícil llegar al espacio que quedaba detrás, por tanto no lo utilizábamos apenas. Además, cada vez que había que coger la escalera para llegar arriba, no había espacio y había que colocarla de forma precaria y con el riesgo cierto de caída. 

Al final, decidimos dejar pasar los calores estivales para darle un cambio y hacer que el espacio resultase más práctico. Y este es el resultado:


El cambio nos ha venido bien también para hacer limpieza a fondo y llegar a varias conclusiones:

1.- Si durante cinco años has guardado una pistola de silicona por si acaso y jamás la has tenido que utilizar, deshazte de ella. No digo que la tires, pero puedes donarla, regalarla o incluso revenderla. Pero cuando el espacio en casa es limitado, no puedes permitirte el lujo de guardar trastos que vas a usar dos veces a lo largo de tu vida. Es más, cuando te haga falta, es muy probable que algún familiar/amigo pueda prestarte lo que necesitas.

2.- De nada sirve tener mucho espacio para almacenar cuando el acceso es incómodo, difícil o incluso peligroso como en nuestro caso. Porque además, al final terminarás dejando las cosas en cualquier otro sitio con tal de no tener que "liarla" para guardar lo que sea.

3.- A la hora de colocar las cosas, hay que tener en cuenta para qué y con cuanta frecuencia las usas. Por ejemplo, el mueble que veis en la foto con dos cajones azul y verde, lo utilizo para guardar los tuppers. Hasta este fin de semana, estaba en la estantería más alta, con lo que cada vez que tenía que coger algo (cosa que ocurre casi a diario), me tocaba ir a buscar un taburete. Y todo porque, cuando lo compramos, era el único hueco que quedaba libre. Lo cual me lleva al último punto.

4.- Hay que organizar las cosas de forma cómoda para su uso y, para ello, resulta imprescindible "recolocar" de vez en cuando. Porque el tiempo pasa, las cosas se mueven/rompen/tiran, quedan huecos nuevos, etc. y la organización que antes nos valía, llega un momento que es amontonamiento. 

Pero bueno, además del profundo cambio filosófico, psicológico y anímico que ha supuesto la redecoración de la terraza, también he tenido tiempo para hacer algo de ganchillo.


He unido dos tiras del echarpe de mi dormitorio y comenzado una tercera. Serán 10 tiras con 25 grannies cada una... osea, que me queda trabajo para rato.

Ganamos fuerza, coraje y confianza con cada experiencia en la que de verdad nos paramos a mirar al miedo a la cara. Debemos hacer aquello que pensamos que no podemos.

Eleanor Roosevelt

31 de octubre de 2013

¡Sorpresón!

Porque Tamara, de Desvaríos y Labores, me ha dado el día. Y me lo ha dado para bien... para muy bien. Que además no podía haber sido más oportuna. Me explico.

Cuando llegaba esta mañana de hacer un par de recados, me encuentro a mi cartera que a punto estaba de dejarme un aviso para que fuese a recoger un paquete a la oficina. "Pero si no espero nada", pero allí estaba en su mano, un sobre todo acolchadito de lo que se ve a simple vista que llevan algo dentro que mola.

Y vaya si molaba. 


Esta bolsa brujeril llena de caramelos de los que ni engordan ni pican las muelas. La tarjeta es monísima.


¿Y qué me decís de las telas? Que están pidiendo a voces que hagas algo con ellas. El problema es por cual empezar... De nuevo muchas gracias Tamara, eres un amor.

Ayer fue la fiesta de Halloween de mi pizquita. Diez niños disfrazados de monstruos varios y hasta las orejas de azúcar... ya os podéis imaginar. Habíamos pensado en hacer el juego de las sillas o el de explotar globos sentándose, pero no fue necesario.

Listado de percances:

1.- Dedo contusionado por pillárselo con una puerta mientras jugaban a asustarse.

2.- Chupachús inexplicablemente pegado en el pelo de la niña con la melena más larga.

3.- Amago de ataque al corazón de mi gato Tom cuando los niños, sin previo aviso, se pusieron a gritar de forma histérica. 

4.- Alguien (no daré nombres) sacó el peso de uno de los estores de la cocina para jugar a las espadas.

Y así hasta casi el infinito. Pero lo que de verdad importa es que se lo pasaron genial. La calabaza que pusimos como adorno en la entrada tuvo mucho éxito.


Y los muffins/magdalenas mucho más. 


El año que viene repetimos seguro.