4 de noviembre de 2013

Puente del trabajo

Buenos días muy, muy otoñales por Madrid. Disfrutémoslos mientras duren.

Si bien es verdad que este no ha sido un puente propiamente dicho sino más bien un fin de semana largo, no es menos cierto que nos lo hemos pasado trabajando.

Estaba claro desde hacía tiempo que la colocación de la terraza de la cocina no funcionaba.


Viviendo en un piso bastante pequeño, cuando llegó el momento de organizar la terraza, tuvimos claro que había que priorizar el espacio de almacenaje ya que no tenemos trastero. Construimos una estantería con "mucho sitio" y decidimos dejar la lavadora, de carga superior, pegadita a un lado y debajo de la caldera. Error.

Porque, además de golpearme la cabeza cada dos por tres al hacer la colada, es difícil llegar al espacio que quedaba detrás, por tanto no lo utilizábamos apenas. Además, cada vez que había que coger la escalera para llegar arriba, no había espacio y había que colocarla de forma precaria y con el riesgo cierto de caída. 

Al final, decidimos dejar pasar los calores estivales para darle un cambio y hacer que el espacio resultase más práctico. Y este es el resultado:


El cambio nos ha venido bien también para hacer limpieza a fondo y llegar a varias conclusiones:

1.- Si durante cinco años has guardado una pistola de silicona por si acaso y jamás la has tenido que utilizar, deshazte de ella. No digo que la tires, pero puedes donarla, regalarla o incluso revenderla. Pero cuando el espacio en casa es limitado, no puedes permitirte el lujo de guardar trastos que vas a usar dos veces a lo largo de tu vida. Es más, cuando te haga falta, es muy probable que algún familiar/amigo pueda prestarte lo que necesitas.

2.- De nada sirve tener mucho espacio para almacenar cuando el acceso es incómodo, difícil o incluso peligroso como en nuestro caso. Porque además, al final terminarás dejando las cosas en cualquier otro sitio con tal de no tener que "liarla" para guardar lo que sea.

3.- A la hora de colocar las cosas, hay que tener en cuenta para qué y con cuanta frecuencia las usas. Por ejemplo, el mueble que veis en la foto con dos cajones azul y verde, lo utilizo para guardar los tuppers. Hasta este fin de semana, estaba en la estantería más alta, con lo que cada vez que tenía que coger algo (cosa que ocurre casi a diario), me tocaba ir a buscar un taburete. Y todo porque, cuando lo compramos, era el único hueco que quedaba libre. Lo cual me lleva al último punto.

4.- Hay que organizar las cosas de forma cómoda para su uso y, para ello, resulta imprescindible "recolocar" de vez en cuando. Porque el tiempo pasa, las cosas se mueven/rompen/tiran, quedan huecos nuevos, etc. y la organización que antes nos valía, llega un momento que es amontonamiento. 

Pero bueno, además del profundo cambio filosófico, psicológico y anímico que ha supuesto la redecoración de la terraza, también he tenido tiempo para hacer algo de ganchillo.


He unido dos tiras del echarpe de mi dormitorio y comenzado una tercera. Serán 10 tiras con 25 grannies cada una... osea, que me queda trabajo para rato.

Ganamos fuerza, coraje y confianza con cada experiencia en la que de verdad nos paramos a mirar al miedo a la cara. Debemos hacer aquello que pensamos que no podemos.

Eleanor Roosevelt

2 comentarios:

Inés dijo...

Soy adicta a la optimización de los espacios en casa. No tengo reparos en deshacerme de lo que no se usa o no sirve a veces incluso me precipito jajaja.
Doy vuelta a todas las cosas, al menos 1 vez al año si no son 2. Bueno no a todo, respeto el espacio y la privacidad de mis hijas.
Saluditos.

Pángala dijo...

Qué grandes consejos, es que es cierto, como no te organices bien al final sólo es desorden, ineficiencia, y acumulación, o lo que es lo mismo, atacarte de los nervios jajjaa, cómo me he identificado contigo ;)