Ayer mi amiga del alma Molly y yo sustituimos la comida semanal por una visita a la casa-museo Sorolla. Pudimos comer antes de entrar en el mismo jardín, en un cenador monísimo y bastante concurrido pero muy tranquilo. Esta foto de la fuente que más me gusto.
Foto de Paloma
Compramos la entrada, que en sí misma ya es una preciosidad o a mi me lo parece
Y nos dispusimos a disfrutar de la visita. El museo es un palacete que, en su día, fue la casa familiar del pintor donde se conservan bastantes muebles originales y gran cantidad de utensilios, cerámica, libros... etc. que debió utilizar la familia. Una de las vigilantes encendió para nosotras la lámpara de Tiffany's que adornaba una de las salas. Como anécdota curiosa, en la mesa del que había sido el comedor familiar había un camino de mesa bordado en hardanger y con un ribete hecho en encaje de bolillos precioso (esto es deformación profesional).
Me dio mucha pena que no tuvieran mi obra favorita.
Pero, a cambio, descubrí esta otra
Que me pareció encantadora.
En resumen, la visita merece mucho la pena y tengo que volver con mis chicos para que la disfruten. Muy recomendable.
6 comentarios:
Mucho mejor tu comentario de la visita, donde va a parar. Se me había olvidado lo del tapete de hardanger y encaje de bolillos :)
El tuyo es más gracioso, yo hubiera contado más cosas pero ya me parecía bastante larga
Pero el tuyo es mas bonito, y describe mucho mejor la visita. Y me gusta lo de amiga del alma :*
Hola Olga! Adoro el punto de cruz, me encanta cocinar y la lectura és otra de mis pasiones, así que este és mi blog!! Ya te sigo! Espero que te pases por mi página y me dejes un saludo. Besos.
Muchas gracias y bienvenida, Cristina. Encantada de tenerte por aquí. Le he echado un vistazo a tu blog y veo cositas que me gustan. Ya te he agregado porque no puedo hacerme seguidora (me pasa últimamente con los blogs de blogger). Hasta pronto
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