1 de julio de 2011

Y ya estamos en julio

¿Siempre ha pasado el tiempo así de rápido? Porque yo nunca había tenido la sensación de que los días se me escapaban, y ahora la tengo. ¡Si hace dos días estábamos poniendo el Belén!

Pues el verano, desde que acabó mi vida de estudiante, nunca ha tenido gran aliciente para mi. Además tengo la sensación de que la estación estival es como una especie de paréntesis en mi vida "de verdad", se trata de unas semanas en las que me arrastro sobrellevando el calor como puedo y deseando que llegue septiembre y retomar la rutina del resto del año. Soy consciente de que no es la actitud, que cada día es precioso y todo eso... pero ¡es que no me gusta el verano!. Ainss...

Esta entrada es sobre el mes de julio (prometo intentar escribir algo positivo). La piscina, el mar, pantanos... eso me gusta, de hecho me encanta y me divierte un montón ponerme en remojo. Y las terracitas, ¡que peligro el picoteo!, también me encantan. Por supuesto, están las vacaciones de verano, 3 semanas en las que te olvidas de obligaciones laborales, de horarios... Tengo tiempo para dedicar, de verdad, a mi marido y mi hijo, visitar sitios nuevos o volver a los que ya conocemos. Los helados, granizados, leche merengada, té helado y las barbacoas... sobre todo las barbacoas. Ahora falta plantearme seriamente si todo esto me compensa de los calores de 40º C.

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