20 de octubre de 2011

¡Por fin, mermelada!

Concretamente de membrillo, naranja y cardamomo, pero... ¡lo que ha costado! Está increiblemente buena, eso sí, pero es laboriosa de hacer.

Para empezar, hay que preparar un zumo de membrillo. Limpiamos la fruta con un trapo para quitar la pelusilla, la lavamos, quitamos los rabitos y cortamos en cuartos. Tal cual, se ponen en una cacerola, cubrimos con agua y ¡a cocer a fuego lento!. Después de 1 hora, colamos con un colador normal y reservamos el agua. Volvemos a colar con el colador de tela y el zumo se deja reposar en un recipiente (ni metálico ni de plástico) en el frigorífico toda la noche.

Al día siguiente cogemos 1,3 kg. de membrillos, limpiamos la pelusilla, retiramos los rabitos y cortamos en cuartos. Después le quitamos el corazón, semillas y cualquier parte dura que quede. Los trozos se cortan en láminas finas. Reservar. Cogemos dos naranjas, las lavamos y cortamos en rodajas lo más finas posibles y ponemos en una cacerola grande junto con el zumo de 1 naranja y 250 g. de azúcar. Ponemos a cocer a fuego lento y, si vemos que se queda seco, añadimos zumo de membrillo. Cuando las rodajas de naranja estén transparentes, añadimos el membrillo, 1 c. de postre de cardamomo molido (¡huele de morirse!), 1/2 kg. de azúcar, el zumo de 1 limón y el zumo de membrillo que no hayamos gastado con la naranja hasta un total de 1/2 l. Así queda


Dejamos que hierva a fuego lento otros 30 minutos. Ahora hay que verterlo en un recipiente (ni metálico, ni de plástico), tapar con un trapo de algodón y refrigerar toda la noche. Al día siguiente se vuelve a poner en la cacerola y cocemos, se retira la espuma con cuidado, volvemos a dejar que cueza otros 10 minutos o hasta que veamos que espese.



Llegados a este punto, y aunque la receta original no lo dice, y cuando la mermelada ya está hecha, yo le di un pequeño "golpe" de batidora. No demasiado, lo justo para que las rodajas de naranja no queden enteras y no se vieran los trozos de membrillo. Pero si a vosotras os gusta con trozos... pues saltaros este paso.

Después solo queda hervir los tarros de cristal y empezar a envasar. Tratad de no llenarlos hasta el borde.



Y si todavía os apetece, podéis ponerle hasta una etiqueta bonita. Por cierto, para que luego salgan fácilmente al lavar los tarros, pegadlas con leche.



Esta foto igual no hacía falta ponerla, pero es que me encantan las tapas. Es una pena que no pueda haceros llegar el aroma que quedó ayer en mi cocina... ¡delicioso!

4 comentarios:

Paloma dijo...

Mmmmm, que pinta mas estupenda!

Rincón del Punto de Cruz dijo...

La mermelada estará deliciosa y los botes que has utilizado para guardarla son PRECIOSOS.
Besos.
Rosana.

Cristina-Tejiendo las Horas dijo...

Cuando me mandas un botecico?...jajaja!!!
Seguro que está riquísima, ojalá se pudieran transmitir los olores por la red....
Besos.

Paloma dijo...

¡Por Dios, que buena está! Ahora mismo te adoro y te odio :P Mira que traerme semejante dulce, justo cuando he conseguido perder peso...

Di que no, que te adoro :*