3 de diciembre de 2012

La fiesta del árbol

No sé que ha pasado en mi casa pero de repente está diferente. Si no hubiera estado presente cuando pasó pensaría que es todo un misterio, pero sí que estaba y no me perdí ni un momento.

El domingo por la tarde, cuando normalmente mis humanos están luchando contra el sopor de la siesta (personalmente nunca lo he entendido, yo me echo varias a lo largo del día y son la sal de la tierra), comenzó a llegar gente a casa. Yo ya les conocía a casi todos, así que aunque mantuve la vigilancia me pude pasear tranquilamente entre ellos y olerlos a conciencia. Incluso les dejé que me acariciasen... un poco.

Estos humanos socializan de una forma muy extraña. Se metieron todos en la cocina apretujados a preparar brebajes y hablar muy alto... yo ya les conozco y trato de ser comprensiva, pero mi hermano Tom lo pasó fatal. Estuvo prácticamente toda la tarde escondido tras el sofá. Bajo mi punto de vista, una exageración pero ¿qué se puede esperar de un ser tan inmaduro que se come las hojas del poto de la cocina?



¿Y qué me decís de esa manía de encender pequeños fuegos por toda la casa? Creo que ellos lo llaman decoración y, aunque tengo que reconocer que huelen bien, no me hizo ninguna gracia quemarme los bigotes la primera vez que me acerqué demasiado a una de esas "velas".



Esto es otra cosa, estas luces no me hacen daño y hasta yo puedo reconocer que son bonitas. Aunque sigo sin verle el sentido a toda esta parafernalia, si quieren ver algo bonito, tan solo tienen que mirarme a mi.

Al final, cansada de oirles parlotear sin fin, me fui a la habitación a restregarme en los abrigos de mis invitados. Incluso tuve la deferencia de dormir un ratito sobre uno de ellos para que cuando se lo pusiera estuviese calentito. De vez en cuando me gusta tener estos detalles, ellos lo agradecen mucho. ¡Son como niños!


Aunque he de concederles una cosa. El parque de atracciones que nos han preparado, es lo más . Ya veis que estoy completamente exhausta después de una noche de diversión sin límite. Si me disculpáis, voy a echar una cabezadita.


¡Oh, está bien! Por petición expresa de mi hermano (¡no sabe como llamar la atención!), aquí tenéis una foto suya justo antes de echarse a dormir. Ha sido una noche muy dura.

8 comentarios:

Paloma dijo...

:D ¿Ha sobrevivido el árbol a la noche?

Entre puntadas e hilos dijo...

Sí, pero está muy perjudicado. Mucho.

Maria Cocoon dijo...

Yo gatos no tengo ni he tenido, pero no se si es peor tener a dos bebes descontroladas haciendo trastadas. Un año me armaron una gordísima con el árbol de Navidad y no volví a colocarlo hasta que no se hicieron mayores. Ahora me río pero en su momento....
Bss.
Mercedes.

Toffe dijo...

Juassssss, ya puedes proteger bien tus tesoros navideños ;)))
Te ha quedado precioso.
Un besote.

ANDAD CON DIOS dijo...

Qué guapo!!Uff...ojalá pudiera yo pegarme al menos una siesta al dia!!!Brrrrr!!!
BSSS!!

Inés dijo...

jajajaja, siesta????? soy adicta, practico con frcuencia me encanta!!!!!!!
Yo pondría vallas de seguridad para prevenor el resultado de las fiestas nocturnas jajajajaj.
Saluditos.

Arish dijo...

Me parece que le has puesto muuuuuuchas tentaciones y muy bonitas por cierto. BESICOS.

May dijo...

Menudo parque de atracciones que has preparado para ese par, jajaja Bss MAy