15 de marzo de 2011

Las fresas

Mi hijo llevaba un mes pidiéndomelas, pero el precio era totalmente ridículo. Por fin ayer había bajado a sólo abusivo, así que las compré. Y después de lavarlas me quedé mirando lo preciosas que eran


Una auténtica belleza vistas de cerca



Tan bonitas, que casi daba pena comérselas. De hecho, no podía dejar de pensar lo triste que iba a ser hacer un postre con ellas, y seguí pensándolo mientras las troceaba



Incluso mientras las preparaa como más nos gusta comerlas, sólo con azúcar



Aunque en honor a la verdad, la pena me duró poco. Creo que incluso menos que el tiempo que tardamos nosotros en comérnoslas. ¡Bon appétit!

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