14 de septiembre de 2011

Tengo una patología

Porque esto que me pasa, seguro que tiene nombre. ¿Sabe alguien como se llama a la persona que no puede dejar de empezar un libro aunque esté leyendo otro/s? Mi marido dice que soy una ansiosa, pero no creo que sea muy técnico.

Y toda esta reflexión viene a cuento porque ayer, y a pesar de que me quedan 2 terceras partes de A dance with dragons (me está gustando, aunque no me ha enganchado como me ocurrió con los anteriores), empecé a leer este otro libro.


Había visto muy buenas críticas y, aunque sólo he leído unas 25 páginas, tiene muy buena pinta. ¿Os ha ocurrido alguna vez que empezáis un libro y después de un puñado de párrafos os sentís inmersas en una especie de atmósfera mágica que os empuja a seguir leyendo? Pues eso es exactamente lo que me ocurrió anoche, que se me cerraban los ojos (fue un día intenso) pero no quería dejar de leer.

La historia trata sobre una chica de 17 años, hija de un escritor que vive de la gloria de su único gran éxito, con una hermana bellísima y totalmente fatua, que planea casarse con el rico del pueblo a pesar de que no le ama, asistida en la idea por su madrastra. Todos ellos viven en un castillo que ha conocido tiempos mejores en la campiña inglesa, mientras Cassandra (nuestra protagonista adolescente) trata de mejorar su estilo literario.

Evidentemente, es demasiado pronto para daros mi opinión pero tiene todos los números para que me guste.

3 comentarios:

Cristina-Tejiendo las Horas dijo...

Ves, en algo somos diferentes...jiji..yo soy bastante disciplinada y suelo empezar y acabar con un solo libro a la vez, eso si , puedo leer uno y escuchar otro!!! Como que escuchar otro????? Te preguntarás, es que yo por las mañanitas, mientras hago mis faenitas y mi comidita, me escucho un audiolibro!!!! Aveces es la única manera de hacer las cosas que me gustan, hacer más de una a la vez..jajaja!!!!! Reconozco que no es lo mismo, pero...que se le va ha hacer???? Besitos:)

Entre puntadas e hilos dijo...

Si es que con esta vida que llevamos, o nos buscamos las mañas para hacer las cosas que nos gustan o renunciamos a nuestros hobbies.

Paloma dijo...

A mi me lo vas a contar, que con la vuelta al cole (también al Tora) ya si que no tengo tiempo ni de echarme a llorar :)